Hola, soy Yasmira García, investigadora de temas relacionados con el alma. Hoy quiero hablar sobre las emociones, un tema crucial en nuestra vida diaria. Aunque a menudo somos conscientes de nuestras emociones, como el dolor, la frustración o la timidez, tendemos a ignorarlas o negarlas. Nos rodea una cultura de positivismo que nos empuja a decir “estoy bien” cuando, en realidad, no lo estamos. Pero, ¿qué pasaría si escucháramos nuestras emociones en lugar de reprimirlas?
Las emociones como brújula
Las emociones no son algo que debamos evitar. Son una guía, una brújula que nos indica cómo estamos realmente. Si aprendes a escucharlas, notarás que se convierten en una especie de sabiduría interna, una que viene del corazón y no de la mente. Es común que la mente nos diga que todo está bien, pero si realmente prestas atención a lo que sientes, te darás cuenta de que algo no está funcionando.
La cultura del positivismo
Vivimos en una sociedad que nos empuja a estar bien, a “superar” nuestras emociones rápidamente. Si un hijo está triste, le decimos que salga a jugar. Si alguien está llorando por una ruptura, le decimos que “pase la página”. Pero al no darle espacio a nuestras emociones, estamos ignorando una parte esencial de nuestra sabiduría interna. No es solo sobre estar bien; es reconocer que hay sabiduría en el dolor, la tristeza y la frustración.
Escuchar el ruido interno
Cuando hablo de escuchar el “ruido interno”, me refiero a ese malestar constante que sentimos en nuestro día a día. Quizás es el estrés en el trabajo o la frustración en una relación. Este ruido es una señal de que algo debe cambiar. Si lo ignoramos, puede manifestarse en enfermedades o malestares físicos. Es fundamental atender estas señales antes de que exploten.
Asumir la responsabilidad de nuestras emociones
Es fácil caer en la trampa de pensar que nuestro bienestar depende de los demás: “Estoy bien si mi jefe me trata bien”, “Soy feliz si mi pareja se comporta como yo quiero”. Pero la verdadera libertad emocional viene de asumir la responsabilidad por nuestras emociones. Cuando reconocemos lo que sentimos, podemos comenzar a manejarlo de manera consciente.
Aceptación y cambio
Reconocer nuestras emociones no significa conformarnos con lo que sentimos. Al contrario, es el primer paso hacia el cambio. Al aceptar que estamos frustrados o tristes, abrimos la puerta para avanzar hacia un estado de mayor armonía y bienestar. Es un proceso de autoconocimiento y crecimiento que nos lleva a vivir de una manera más auténtica y plena.
Reflexión final
Te invito a que reflexiones sobre tus emociones. ¿Las estás escuchando o las estás ignorando? Comparte conmigo tus experiencias, me encantaría saber cómo manejas tus emociones y si te han servido como guía en tu vida. No dudes en darles el valor que merecen y permitirte sentir plenamente.
Gracias por acompañarme en este viaje emocional. ¡Hasta la próxima!